A lo largo del acto se cantan, también, los versos que el afamado urretxuarra Jose Maria Iparragirre escribió para Antzuola allá por 1878. Es una fecha a recordar, ya que las guerras carlistas habían finalizado y Navarra había perdido su relación con las otras provincias vascas, que perdieron sus Fueros en 1876. Por eso, el último verso es el más significativo, pues reivindica esta relación con Navarra y la unión de las cuatro provincias: laurak bat o las cuatro (provincias) unidas.
Una consecuencia de la pérdida de los Fueros tuvo lugar en el año 1876. Hasta entonces, el llamamiento al servicio militar se realizaba en las provincias vascas del mismo modo que en el resto de la península. Sin embargo, en 1877 esta organización militar fue derogada y con ella la razón de ser de los alardes. Es la razón por la que Iparragirre dedicó sus versos a Antzuola, con el objetivo de dar continuidad a las costumbres vascas.
1-
Nafarrak On Garzia
Errege zutela,
odolez estali zan
bai Baldejunkera:
Afrikanoak, orruz
legoiak bezala,
zioten kristau bizirik
utzi behar ez zela.
2-
Baina euskaldunak,
laurak bat aurrera!
zioten: fedeagatik
danok hilgo gera;
jo!… jo eta ez eman
pauso bat atzera…
gurea izan arte
mairuen bandera.
3-
Mutillak… hara non
ilargi erdia;
harrapatu dezagun
nahiz galdu bizia;
Hemen degu bandera,
upa Euskal-Herria
eta Antzuolarentzat
onra eta gloria.
4-
San Juan Uzarragako
seme txit argiak
ziran Baldujunkeran
irabazliak;
batzar etxean duden ilargi erdiak
dira Antzuolarentzat
txit onragarriak.
5-
Esan, adiskideak,
orduan bezala,
Nafarroakin gaur ere
anaiak gerala;
bat da gure izarra,
bat gure bandera:
esan beti Laurak-bat
izan nahi dugula.
(En estos versos Iparragirre menciona la batalla de Valdejunquera que, bajo el reinado de Don García libraron los antzuolarras contra los moros. Relata que los soldados, dispuestos a dar su vida en defensa de la fe, arrebataron la bandera a los moros. Ensalza la victoria conseguida y llama al hermanamiento y unión con Navarra, ya que las cuatro provincias somos una, con un solo destino, con una única bandera)
Parece ser que estos versos los escribió a petición del alcalde de Antzuola, ya que Iparragirre aceptaba encargos para romerías y fiestas de verano.
En su origen no eran más que versos, sin música. En 1978, sin embargo, se decidió añadirles una melodía para cantarlos en el Alarde, lo que corrió a cargo del director de la Banda de Música Miguel González Bastida quien se valió, para ello, de la música de los versos “Gora Euskadi” de Iparragirre.