Transformaciones

Las manifestaciones culturales nunca son estáticas ni inamovibles, van evolucionando, renovándose y enriqueciéndose  por la acción y la voluntad de las gentes de cada momento, y es así como un pueblo consigue transmitir su cultura (sobre todo a la juventud) de generación en generación para que perviva durante siglos.

El Alarde del Moro se celebra desde finales del siglo XIX hasta nuestros días. En este tiempo ha ido transformándose, sabiendo adecuarse a los valores  sociales de cada momento: por ejemplo, se suprimió la orden dirigida al Moro para que se quitara y pisoteara su turbante; en 1980 se hicieron diversos cambios:

  • Se comenzó a decir el discurso en euskera.
  • Las personas que tocaban el tambor llevaron flecos en el pantalón, por debajo de la rodilla, y los gastadores los llevaron en una manga.

Sin embargo, los mayores y más significativos cambios tuvieron lugar en 2009.
A principios del siglo XXI, dado que la participación popular en el Alarde iba decayendo, el Ayuntamiento de Antzuola y la Asociación Cultural del Alarde del Moro en 2006 encargaron a Eusko Ikaskuntza una investigación encaminada a conocer la situación real de esta celebración con el objetivo de reforzarla con nuevas propuestas. Como consecuencia de dicha investigación,  en 2007, pudimos saber lo que los y las antzuolarras pensábamos del Alarde, cómo lo entendíamos, hasta qué punto nos identificábamos con él. Quedó claro que para que el Alarde perdurase en el tiempo eran imprencindibles algunas modificaciones.
Así, en el 2008-2009 se creó un grupo de trabajo abierto.  Representantes municipales, miembros de la Asociación así como un grupo de personas de la localidad realizaron un trabajo para la renovación del Alarde. Así nació “Alardea biziberritzeko Taldea” (Grupo para la Renovación del Alarde) .

Biziberritzeko taldea

Biziberritzeko Taldea

El Alarde del Moro inició un profundo proceso de renovación y adecuación a los actuales valores sociales.
El punto de partida fueron las recomendaciones de Eusko Ikaskuntza, pero como éstas no eran sino líneas de trabajo, los objetivos fueron concretándose con la aportación de las propuestas  del grupo, cumpliéndose así los objetivos propuestos. Los cambios más significativos fueron los siguientes:

  • Se dignificó la figura del Moro, superando la dependencia que hasta entonces manifestaba con respecto al capitán y dotándole de un mayor protagonismo. El Moro recuperó su identidad de rey, pasó a aparecer montado en un caballo y vestido con elegancia. Se le añadió una guardia y unos músicos propios…

Alarde hasta 2008.

  • Se integraron valores que hoy en día compartimos las personas de Antzuola:
    • Se suavizó el discurso, readecuando el lenguaje y algunas referencias contenidas en él, añadiéndole nuevos textos, adaptándolo a los dos géneros, recogiendo la diversidad cultural y lingüística… También se revisaron sus referencias históricas.
    • Las mujeres, además de los papeles que venían representando, asumieron roles de más importancia, apareciendo como  fusileras, por ejemplo. Esta mayor integración de las mujeres fue aumentando en los años siguientes y en 2011 pudimos verlas tomando parte de la guardia del Moro, en 2012 llevando los cañones.
  • Se reforzó la escenografía, cuidando la coreografía y añadiendo diversos    elementos para enriquecerla, tanto en relación con las danzas como con la música.

Todo ello se realizó en base a la democracia participativa, el pluralismo y el consenso entre las diversas sensibilidades detectadas en el pueblo. En consecuencia, podemos decir que con este trabajo Antzuola ha conseguido algo más que actualizar el Alarde del Moro: hemos demostrado que sabemos ponernos de acuerdo en temas de relevancia, que somos capaces de reforzar nuestra identidad como pueblo basándonos en valores que compartimos, que podemos transmitir nuestro patrimonio cultural conservándolo y revitalizándolo. En una palabra, que somos protagonistas responsables de nuestro futuro.

El Alarde actual. A partir de 2009.