Los valores del alarde

El Alarde se distingue por su capacidad de responder a los valores que hoy hombres y mujeres compartimos.
En la escenificación del Alarde se expresan con claridad valores tales como:

  • Perspectiva de género.
    • Tratamiento de la perspectiva de género, tanto con el Alarde como en la Asociación
      La perspectiva de género es un criterio a subrayar, que se ha aplicado tanto en el proceso de readecuación del Alarde como en la escenificación pública en la plaza.
      Así, la participación de las mujeres es muy variada, tanto en la organización de la fiesta, como en tareas de infraestructura o en la propia escenificación. Las tareas y roles que tradicionalmente han desempeñado los hombres han sido asumidos, también, por las mujeres, y hoy podemos verlas llevando los cañones, como dantzaris, txistularis, tamborileras, músicas del Moro, en la guardia del capitán de la compañía de Antzuola, como fusileras…
      Por otro lado, en la actualidad, son siete las personas las que trabajan decididamente en la Asociación; de ellas, cuatro son varones y tres mujeres.
      En los últimos años, se va equiparando progresivamente la participación numérica de hombres y mujeres.
    • El zortziko de las mujeres dantzaris
      En el transcurso del Alarde en la plaza se visualiza otra manifestación del Patrimonio Cultural: las trokeo dantzak. Las componen cuatro danzas, que se bailan juntas sólo en el Alarde.
      Dado que estas danzas eran interpretadas por hombres, se consideró conveniente la presencia de mujeres dantzaris en el Alarde y, con este objetivo, el grupo de dantzaris Oinarin creó un nuevo zortziko de mujeres.
    • Neutralizar el discurso
      Se han introducido cambios en el discurso que el capitán pronuncia en la plaza, neutralizándose la utilización excesiva del masculino. Se han suprimido o suavizado las expresiones agresivas y beligerantes identificadas con valores de la masculinidad tradicional.
    • Tanto en los estatutos de la Asociación Cultural del Alarde como en el convenio de colaboración suscrito entre ésta y el Ayuntamiento se recoge expresamente nuestro compromiso en contra de todo tipo de discriminación, entre ellas la de género.
  • Implicación, participación y proyección social a la ciudadanía y de los grupos culturales.

En el Alarde toman parte unas 200 personas (el 10% de la población total), impulsando entre hombres y mujeres de cualquier edad la cultura de estar y hacer juntos.
Todos los años se realiza en su totalidad con la participación voluntaria de la gente, sin presencia de profesionales.
A la participación individual se añade la de todos los grupos culturales del pueblo: la Asociación Cultural del Alarde del Moro, el coro de mayores, el coro de niñas y niños de la Músika Eskola, txistularis y dantzaris.

Además hay que añadir más personas desempeñando diferentes tareas: montando   la infraestructura, preparando y sirviendo el lunch, maquillando, confeccionando, cuidando y distribuyendo la ropa, entre ellas. A resaltar, también, las personas del pueblo o venidas para la ocasión que participan como espectadores, que acuden a ver el Alarde, llenando por completo la plaza.

El Alarde del Moro, a pesar de que se desarrolle y escenifique en Antzuola, es una celebración que trasciende su ámbito geográfico y se proyecta a nivel provincial, como lo prueba su presencia en los medios. No es raro que al día siguiente las fotos del Alarde aparezcan en las portadas de algunos medios de prensa. Así mismo, la ETB le suele ofrecer emisiones en directo o reportajes en la programación diaria.

  • Interculturalidad

En el Alarde se expresan dos culturas: la árabe y la vasca
Hasta el 2009, la que destacaba era la compañía de Antzuola, en esa fecha se planteó equilibrar las dos culturas y dar un tratamiento adecuado, respetuoso, a la cultura árabe. En consecuencia, si hasta entonces el Moro aparecía sólo, en chilaba y montado en un burro, en adelante se convirtió en rey y salió con su séquito. Se le agregó un grupo de músicos. Ahora cuenta con su acompañamiento musical, se expresa en su propia lengua y, tras otros cambios, se ha dignificado tanto su figura como lo que representa.
Actualmente, se da un equilibrio entre las dos compañías y entre lo que cada uno representa.

  • Tratamiento de conflictos

Una característica importante del actual Alarde es la modificación introducida en su lenguaje, al que se le ha suprimido el sesgo beligerante.
Los signos de no agresión que se observan entre los dos máximos mandatarios y su saludo final simbolizan la aceptación mutua y el respeto entre los dos mundos.